A partir del próximo 20 de agosto comenzarán a estar disponibles en las góndolas los primeros alimentos y bebidas con etiquetado frontal. Se trata de aquellos comercializados por grandes empresas, que aparecerán a medida que se vayan distribuyendo en el mercado, mientras que las empresas pequeñas o medianas tendrán un plazo mayor para incorporar los sellos negros de advertencia en sus productos, que se prolonga hasta el 20 de febrero de 2023.
Se trata de la primera fecha del cronograma de adecuación secuenciado en dos etapas para el cumplimiento de la declaración del rotulado frontal, en base a la ley aprobada en el Congreso Nacional en noviembre pasado. Como ya funciona en otros países, la norma busca que se advierta al consumidor de alimentos y bebidas sobre el contenido en exceso de azúcares, grasas totales, grasas saturadas, calorías y sodio.
El Ministerio de Salud informó que de las 2.658 solicitudes ingresadas para la prórroga en la implementación de los sellos de advertencias, que engloban a un total de 236 empresas, hasta el momento fueron aprobados alrededor del 35 por ciento. En tanto, del total de registros con autorización sanitaria, solo un 3,13 por ciento fueron prorrogados y corresponden en su mayoría a grandes empresas y Pymes Tramo II.
Los principales rubros que se presentaron son golosinas, mermeladas, jaleas, dulces y confituras (21,62%); panificados y galletitas (15%); embutidos y conservas cárnicas (14,45%); lácteos (11,27%); bebidas analcohólicas (10,63%); frutas y verduras procesadas (7,39%); cereales y pastas (6,55%); salsas y aderezos (5,19%); postres y polvos para preparados (2,96%); snacks (2,16%); helados (1,09%); sopas y caldos (1,02%); café y té (0,67%).
Los pedidos de prórroga pueden realizarse en los casos que «exista una limitación con motivos justificables en el cumplimiento del cronograma de implementación para la adecuación a la declaración del rotulado frontal», se informó.
