Un matrimonio que reside en Casa Grande denunció que la empresa Central de Emergencias Médicas (CEM) y el Cuartel de Bomberos de Valle Hermoso se negaron a brindar asistencia a su hijo de 23 años, minutos después de que fuera encontrado en su habitación con síntomas de estar atravesando un paro cardíaco. El joven, con síndrome de Down, finalmente falleció en el lugar sin que arribara una ambulancia para atenderlo.
El hecho ocurrió minutos antes de las 18:00 del pasado 13 de octubre en el barrio Villa Samaritana y fue denunciado como “abandono de persona” en la Fiscalía de Instrucción de Cosquín.
Según contó a La Estafeta Néstor Scazzola, papá del joven llamado Bruno, el primer aviso fue dado a la Policía, que arribó al lugar pocos minutos después del llamado. Allí los efectivos solicitaron una ambulancia al CEM, aunque la unidad de asistencia tardó casi seis horas en llegar.
Incluso, Néstor remarcó que hasta la presidenta comunal local, Mabel Edreira, llegó a solicitar una ambulancia de manera directa al dueño de la empresa. Además, su otro hijo se comunicó con el cuartel de bomberos de Valle Hermoso y relató que el operador que lo atendió se negó a enviar asistencia aludiendo que “seguramente se trataba de una broma”.
“Él dormía la siesta todos los días y cuando mi mujer lo fue a levantar lo vio raro. Estaba con el brazo extendido y un poco morado. Me llamó y fuimos con mi hijo. Lo empezamos a reanimar. Bruno estaba saliendo, pero le faltó oxígeno”, relató a este medio el papá, quien destacó el trabajo de los efectivos policiales quienes –aseguró- también solicitaron el arribo de una ambulancia mientras se dirigían a su vivienda y luego de regreso al lugar, ya que ellos no podían constatar de que el joven había fallecido.
Y agregó: “En paralelo, mi otro hijo llamó a bomberos, pero el que lo atendió se pensaba que era una joda. Le dijo que estaba cansado de que lo llamaran y que terminara siendo una broma. Mi hijo lo insultó y le dijo que fueran, que era real. Le terminó diciendo que salía en diez minutos y lo arreglaban a las piñas. Esa fue la ultima comunicación con los bomberos”.
El hombre señaló además que en el CEM le indicaron que, por tratarse de un servicio privado -el convenio de la empresa con la Comuna se circunscribe a la vía pública- tenía un costo de 30 mil pesos y “no sabía si lo podían pagar”.
“Le dijimos que no importaba, que lo pagábamos. Incluso una policía llamó y le dijo que no teníamos problemas en pagarle. Fueron entre 15 y 20 llamados y le dijeron que para qué iban a ir si seguro ya estaba muerto. Jugaron con la vida de mi hijo…decidieron si vivía o no. La bronca es que estas dos personas no están preparadas para atender y brindar un servicio. Están obligados a venir”, afirmó Néstor.
Y completó: “La ambulancia llegó casi a las doce de la noche, junto a la morguera. No sé si Bruno se iba a salvar, pero por lo menos lo veía en la ambulancia y nos quedamos tranquilos de que lo atendía un médico. No hicieron nada, se cagaron en la vida de un ser humano. Era un nene que estaba perfecto”.
