La búsqueda de Federico Bono en Huerta Grande acumula ya tres meses sin nuevos datos y su paradero continúa siendo un misterio. Si bien la investigación avanza en la reconstrucción de su perfil para obtener indicios sobre lo que podría haberle sucedido, los rastrillajes en el terreno están en pausa y todo lo que se sabe sobre el hombre de 44 años oriundo de Esperanza, Santa Fe, se remonta al 8 de julio pasado, día en que mantuvo el último contacto con su madre vía WhatsApp.
Según indicaron fuentes de la investigación a La Estafeta, además de aguardar por cualquier reactivación de su teléfono celular, integrantes de la Policía Judicial pidieron un informe a Google para acceder a sus cuentas y buscar información previa a su desaparición, aunque todos los datos eran antiguos y no aportaron novedades.
Además, se mantiene activo el alerta por pedido de paradero en caso de que Bono sea encontrado en otra localidad o provincia, al igual que en Migraciones, por si cruzó alguna frontera internacional. A la par, todas las semanas se renueva la búsqueda en hospitales y otras instituciones, centrada en el ingreso de hombres sin identificar, ya que los documentos de Bono fueron encontrados en su casa de Huerta Grande.
En cuanto a los rastrillajes en la zona delimitada en base a los datos arrojados por las antenas de telefonía celular -un amplio sector ubicado hacia el oeste de la Ruta 38, en el límite de Huerta Grande y Villa Giardino- se encuentran en pausa y el trabajo en el terreno se retomará sólo en caso de que surja nueva información. Y es que, durante 25 días, bajo directivas de la Fiscalía de Cosquín, efectivos de la Policía de Córdoba, DUAR, bomberos voluntarios de La Falda y Villa Giardino rastrillaron unos 50 kilómetros cuadrados de superficie, en algunos sectores en varias oportunidades. Incluso, los operativos incluyeron una búsqueda aérea con drones y un helicóptero.
“Respecto a lo que se está haciendo por Federico no tenemos ningún resultado. La zona delimitada por la señal de las antenas donde se buscó es bastante grande y, en algunos sectores, impenetrable. Están atentos a su teléfono, por cualquier actividad, pero el aparato sigue silenciado y no funciona. También estamos viendo cómo incluirlo en los organismos de búsqueda de personas a nivel provincial y nacional, pero estamos igual que el 8 de julio”, contó a La Estafeta su mamá, María Ñañez, quien la semana pasada fue recibida por la secretaria de la Fiscalía en la Unidad Judicial de La Falda.
Y agregó: “No sabemos qué hacer. La situación es bastante difícil, pero hay que seguir. No se puede abandonar una búsqueda a pesar de que no sabemos qué pudo haber pasado: si simplemente se fue caminando y está en un lugar o hizo dedo… No saber es lo peor. Pasaron tres meses y muchas situaciones climáticas en el medio, pero seguimos a la espera de que vuelva”.
Bono -quien reside en la ciudad de Córdoba- había llegado a Huerta Grande el 7 de julio de este año, como era habitual, para cuidar la vivienda familiar ubicada en el barrio Villa de los Diques de esa localidad. Al día siguiente le envió fotos de plantas y paisajes serranos a su mamá, luego de que le comentara acerca de sus ganas de “instalarse y pasar unos días en la montaña”. Tras ese último contacto, todas las llamadas que ingresaron a su celular fueron derivadas al contestador y nada más supieron de él.
Federico es de contextura física delgada; cabello corto de color rubio-rojizo; mide 1.78 y tiene un tatuaje chiquito de una víbora cobra egipcia en uno de sus brazos a la altura del húmero. Cualquier información puede aportarse al teléfono de la Unidad Judicial de La Falda 03548-422834; la comisaría de La Falda 03548-426652; los Tribunales de Cosquín 03541-454985 (Interno: 56261 – 56156) o a la dependencia policial más cercana.
