En un emotivo acto, la Municipalidad de Valle Hermoso dejó formalmente inaugurada este viernes la nueva sede del Taller Protegido Manitos de Barro.
Tras la mudanza desde el edificio donde hoy funciona el área de Ambiente, el lugar sumó nuevos espacios, talleres e incorporará además a profesionales de distintas disciplinas a su gabinete terapéutico que visitarán el taller cada quince días. En la actualidad, son 20 las personas que forman parte del proyecto, de entre 23 y 49 años y de distintas localidades de Punilla.
“Es muy emotivo porque las personas que asisten al taller tenían 20 años cuando arrancó y ahora más de 40. Realmente el trabajo que desarrollan los profesionales que trabajan acá es excelente. El lugar donde estaban antes había quedado chico, por eso decidimos sacar el ropero comunitario, ampliar los espacios y mudarlo porque hay muchos chicos nuevos”, señaló el intendente Jorge Caserio a la prensa.
Y agregó: “Antes era sólo vivero y hoy se han incorporado nuevas actividades porque lo importante es que ellos se puedan desarrollar. También a partir de hoy se va a crear un gabinete con psicólogos, psicopedagodogos, fonoaudióloga… cinco profesionales en total que van a atender a cada uno de ellos cada 15 días para hacer un seguimiento del avance que van teniendo”.
El acto llevado a cabo en la puerta de la nueva sede, en Martín Rodríguez 20, incluyó un baile con los integrantes del taller de folklore –al que se sumaron las autoridades- y el reparto de productos elaborados en el taller de panificación. Participaron los legisladores departamentales Mariana Caserio y Miguel Maldonado; funcionarios del gabinete municipal; la directora de Desarrollo Social local, Mariana Rizzuti; el presidente del Concejo Deliberante, Gabriel Caserio; el jefe de la Agencia Territorial Córdoba del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, Ignacio Basélica Nebreda; el concejal del PJ en Carlos Paz Edgardo Quaranta y alumnos y docentes de la Escuelas Capitán Juan de Zevallos y el Instituto Nuestra Señora del Calvario.
“Es una mudanza muy importante porque nos brinda la posibilidad de contar con nuevos espacios, sumar talleres y nos facilita el manejo. Antes teníamos dos ambientes y hoy podemos sumar la cocina, una sala grande común y tres más pequeñas de computación, arte y juegos”, remarcó la coordinadora del taller, Jessica Castro.
Y completó: “Estamos muchos más cómodos. Si bien el cambio fue brusco para ellos, finalmente les gustó. Estar todos en un mismo lugar nos facilita la interacción social”.
