Integrantes de espacios culturales; bibliotecas populares y artistas independientes se sumaron este miércoles al “Cacerolazo Cultural» contra la derogación de leyes de fomento cultural planteadas en la «Ley Ómnibus» del Gobierno de Javier Milei.
En Punilla se repartió entre la Plaza San Martín de Capilla del Monte; en la bifurcación de las rutas 38 y 28 (Empalme Tanti) y la plaza San Martín de Cosquín donde, con consignas como “no al apagón cultural” y “la cultura es un derecho” hubo aplausos, ruidos de cacerolas y bombos que acompañaron el canto: “Se defiende, la cultura no se vende”.
“Esta protesta es una reacción ante la sección 3, 4 y 5 de la Ley Ómnibus. Allí se deroga la Ley Nacional del Teatro; se desregulan y desarman leyes de fomento como la CONABIP, que es la ley de las bibliotecas populares; el Instituto de la Música o el Fondo Nacional de las Artes que, entre otras cosas, le posibilitó a Aníbal Troilo comprarse su primer instrumento. Desaparecen sin generar una propuesta superadora”, señaló a La Estafeta Micaela Suárez, integrante del Corredor Escénico de Artistas de Punilla (CEA).
Y agregó: “Hay un discurso que miente. Nosotres somos trabajadores de la cultura y estas leyes no nos subsidian por mes. Presentamos proyectos con un presupuesto como lo haría cualquier empresa, pero para obras, ciclos culturales”.
La protesta fue convocada a nivel nacional y se replicó de manera simultánea en distintos puntos del país.
Sobre el impacto en Punilla, en caso de la aprobación de la ley, completó: “En Punilla les pega a los espacios culturales y a las localidades pequeñas donde la cultura mercantilizada no llega. En general somos les artistas independientes los que estamos haciendo la temporada con espectáculos callejeros o espacios culturales de calidad y todo eso se desarticularía”.
