Tras casi una década a cargo de la vigilancia, a partir del próximo 1 de agosto, la Gendarmería Nacional dejará de custodiar el Museo Ambato de La Falda.
Así lo resolvió el Jugado Federal Número 2 de Córdoba, haciendo lugar a la presentación de la fuerza para retirar sus efectivos bajo argumentos presupuestarios y de reubicación de personal, planteo respaldado por las carteras nacionales de Seguridad y Capital Humano.
Incluso, la Justicia había resuelto que la Gendarmería se retirara de la custodia del museo el próximo 30 de junio, aunque tras un pedido conjunto para aplazar la decisión por 90 días presentada por el asesor letrado de la Municipalidad, Rodrigo Anglada, y el abogado y secretario, de la Asociación de Amigos del Museo Ambato, Eduardo Garbino Guerra, finalmente el pasado viernes el Juzgado resolvió estirar el plazo un mes más.
En paralelo, la Asociación ya inició gestiones para que sean efectivos de la Unidad de Investigación de Delitos contra la Cultura, de la Policía de la Provincia de Córdoba, los que reemplacen a los gendarmes, una iniciativa que cuenta con el apoyo de la Municipalidad.
De hecho, hoy el Museo Ambato es depositario judicial de piezas secuestradas por efectivos de esa división en operativos contra el tráfico ilícito y resguarda un centenar de ellas. Esta situación, agilizaría el recambio de las fuerzas, aunque por ahora no hay nada oficial.
La custodia de Gendarmería se remonta a 2015, con la reapertura del museo tras la finalización de las obras de restauración y su puesta en valor.
Pero 2019, y con la ministra Patricia Bullrich también al frente del Ministerio de Seguridad, la Gendarmería ya había solicitado cesar con la custodia del museo. En esa oportunidad, y amparados en la ley 25.743 de Protección de Patrimonio Arqueológico y Paleontológico, que establece que el Estado es el encargado de la “preservación, protección y tutela del Patrimonio Arqueológico y Paleontológico”, y con el aval del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (INAPL), del Ministerio de Cultura de la Nación, el mismo Juzgado había determinado que la fuerza nacional debía continuar con la custodia del lugar.
Finalmente, con el cambio de gobierno nacional en diciembre pasado, el pedido volvió a ingresar a la Justicia, que esta vez falló a favor del planteo de la Gendarmería.
“Esto es un problema político. Cuando asume Macri, en 2019, el Ministerio de Seguridad avaló el pedido de Gendarmería para retirarse del museo. Nosotros planteamos la tutela del Estado Nacional y los fundamentos de la creación de la Gendarmería, donde se establece que la fuerza debe proteger también la riqueza cultural, además de la frontera, y ser vanguardia en la lucha contra el tráfico ilícito”, señaló a La Estafeta, Garbino Guerra.
Y agregó: “Hoy vuelven con los mismos argumentos. Pedimos más tiempo porque si apelábamos corríamos el riesgo de quedarnos sin guardia. Además de las 400 piezas con las que cuenta el museo -y el antecedente del saqueo en 2008- nosotros somos custodios judiciales de operativos llevado a cabo por delitos culturales. No nos podemos quedar sin seguridad. Ya estamos trabajando para que efectivos de Delitos Culturales sean los nuevos encargados de la custodia. Nos respondieron positivamente y somos optimistas. La idea es que la seguridad del museo no sea un costo ni para la asociación, ni para el Estado municipal”.
La Gendarmería aporta en el lugar dos efectivos del Escuadrón Sinsacate -que depende de la Agrupación Río Ceballos- cada 24 horas. Por su parte, la Municipalidad es la encargada de otorgarles viandas de comida a los efectivos, que utilizan como puesto la estructura ubicada en el ingreso al museo.
