Con el testimonio de Javier Galván, arrancó este jueves en los Tribunales de Cruz del Eje el juicio por el femicidio de Ivana Módica en febrero de 2021 en La Falda. El expiloto de la Fuerza Aérea volvió a confesar haber cometido el crimen, aunque buscó atenuar la acusación señalando que no medió violencia de género.
Ante los diez integrantes del jurado popular, amigas y familiares de la mujer, Galván contó detalles de su relación con Ivana y relató su versión de cómo sucedieron los hechos aquella noche del 11 de febrero. Aseguró que “no premeditó” el asesinato de su pareja; que él no ejercía violencia sobre ella y que se trató de “una reacción” ante insistentes planteos de Ivana para que avanzara con el divorcio de su exesposa y madre de su hijo, entre otros reclamos.
“Ella vino hacia mí insultando y me tiró un golpe, a lo cual yo intento frenarla. En ese momento yo me caigo sobre ella (…) No puedo decir cuánto tiempo duró ese acto, porque tengo un blanco, una laguna. Pero una vez vuelto en sí me doy cuenta que estaba sin pulso. Jamás tuve la intención premeditada de matarla”, señaló Galván, que se mostró inmutable durante la presentación del caso y finalmente declaró durante media hora.
Su abogado, Rodrigo Álvarez, señaló que en este juicio “no está discutida” su responsabilidad en el crimen de Ivana, pero sí indicó que “Galván sostiene que no existió violencia de género, algo que tiene que probar la Fiscalía y que todavía no ha logrado hacer”.
“Él está acusado por homicidio doblemente calificado, por mediar una relación de pareja y por femicidio. Galván sostiene que en el caso no se ha acreditado que haya existido violencia de género en contra de Ivana Módica”, apuntó Álvarez a La Estafeta y agregó: “Tampoco fue planificado, sino que fue algo sorpresivo, inesperado y él ha manifestado que no tuvo intención dirigida a causarle la muerte”.
El abogado de la familia de Ivana, Jorge D´Antona, se mostró “sorprendido” por la declaración del imputado y se refirió a algunas “contradicciones” en su relato: “Hay contradictorias muy severas en la declaración que hoy él ha hecho. Las partes centrales son diametralmente opuestas a las que él mismo declaró hace un año y medio atrás. Él dijo dos veces que la había estrangulado y ahora que recuerda forcejeos, caer sobre ella y estar en el piso. Bueno, hay una diferencia muy grande, pero es esperable y previsible. Nosotros lo podemos probar con el expediente, la autopsia y los hallazgos. La prueba es contundente”.
Durante la jornada declararon también como testigos Nicole -hija de Ivana-; María José Ludueña, amiga y compañera de trabajo de Módica y el efectivo de la Policía de Córdoba Claudio Ponce, quien se desempeñaba como jefe de la División de Investigaciones Criminales de la zona 3 y 4 al momento del hecho.
Este viernes será el turno de los alegatos y finalmente el jurado ingresará a la etapa deliberativa para dar a conocer la sentencia.
“Es algo que esperábamos de él porque es un psicópata, pero es evidente que existía una situación de violencia y que la mató. Era una relación violenta. Hubo violencia física, económica y psicológica que confluyeron en este resultado que es la muerte de mi hermana. No tienen nada para demostrar lo contrario”, señaló a este medio Carol Módica.
Según consta en la acusación, entre las 21:40 del 11 de febrero y la 1:30 del día 12, Galván estranguló a Ivana Módica dentro de la vivienda en la que convivían desde hacía pocos meses, ubicada en el barrio Villa Santa Rosa de La Falda. Tras quitarle la vida, cargó el cuerpo en el baúl de su vehículo y condujo en dirección a la Pampa de Olaen para descartarlo.
Un control de una patrulla rural frustro el plan, por lo que Galván retomó hacia la Ruta 38 por el camino de Molinari. Luego ingresó al Camino del Cuadrado y escondió el cuerpo detrás de unos pastizales en el kilómetro 11. El hombre negó su culpabilidad durante los ocho días en los que Ivana permaneció desaparecida hasta que, cercado por la investigación, finalmente confesó el crimen en la Fiscalía de Instrucción de Cosquín.
“Este fue el desenlace de una relación violenta y Galván no sólo obstruyó la investigación, sino que estiró la agonía de la familia”, concluyó en su acusación la fiscal de Cosquín, Paula Kelm.
