Un efectivo de la Policía de Córdoba que presta servicio en Sierras Chicas denunció públicamente este sábado haber sido golpeado por varios policías en el marco de un procedimiento en la vía pública, en Huerta Grande.
El hecho ocurrió el pasado jueves por la noche, sobre avenida San Martín a la altura del semáforo. Allí, el vehículo en el que viajaba el oficial de 25 años, residente en Huerta Grande, junto a un amigo de la misma edad y su hermano de 22 -quienes también denuncian haber sido golpeados-, fue interceptado por al menos cuatro móviles policiales y más de una decena de efectivos.
Todo había comenzado horas antes, cuando el joven de 22 años sufre el robo de su moto frente al predio del club Sportivo Huerta Grande. Acompañado por su madre y padre realizó la denuncia en la comisaría local, al tiempo que alertó a su hermano policía sobre la situación. Esa misma noche, con un dato aportado por un testigo del robo, la familia completa decidió ir a la vivienda donde creía que estaba la moto y dio aviso a la Policía para que los acompañara.
Una vez en el lugar, discutieron con los ocupantes de la vivienda y, según denuncian, fueron a su vez increpados por los efectivos que acudieron al llamado por entrometerse en la investigación del robo. La misma escena con la Policía se produjo minutos después, esta vez en Buenos Aires y Ruta 38, cuando el móvil interceptó nuevamente al efectivo, que estaba de civil, sin placa, ni arma reglamentaria.
Tras la segunda discusión, la familia decidió regresar a su casa en Huerta Grande. En el primer auto se trasladaban los padres, Graciela y Alfio, y en el otro vehículo -un Volkswagen Gol- viajaban los tres jóvenes que, según remarcan los denunciantes, fueron perseguidos e interceptados en un “mal procedimiento” policial ya que, aseguran, por comunicación interna se había alertado que “iban armados”.
“Hicieron un abuso de autoridad. Cuando los reducen los arrodillan, le ponen el arma en la cabeza y los golpean muchísimo. Uno de los policías sabe artes marciales y sabía dónde pegarles. Le torcían los brazos, los asfixiaban. Incluso cuando los reducen los meten entre medio de sus vehículos para que la gente que pasara no viera la golpiza”, contó a La Estafeta la madre del efectivo.
Y agregó: “Mi otro hijo tuvo un accidente muy grande en la cabeza de niño, tiene una operación. Le pedía por favor que no le peguen en la cabeza y ahí le apuntaban. Les pegaban con la rodilla contra el suelo. Mi otro hijo se seguía identificando, pero no tenía el arma ni la placa. Le decían:´Ah, sos policía’… Y más le pegaban, más saña. Cuando llegamos al lugar con mi pareja alertados por vecinos vimos que eran doce o quince efectivos en el operativo”.
Los jóvenes fueron trasladados a la comisaría de La Falda, donde permanecieron detenidos hasta la noche del viernes y fueron imputados por “resistencia a la autoridad”.
Por su parte, Alfio adelantó que denunciarán el hecho en la Justicia de la ciudad de Córdoba y aseguró que irán “hasta las últimas instancias”.
“Fue un mal procedimiento de la Policía y ya hemos constatado las lesiones. En vez de buscar a los que nos robaron, nos increpaban con de dónde sacábamos los datos para buscar la moto. Pero encima hay una orden del último móvil con el que discutimos en la garita de la Ruta, que dijo que estaban armados. Vamos a ir hasta las últimas instancias porque esta gente no está capacitada. Hoy es uno, mañana otro. Ya pasó lo de Joni Romo. Esto se tiene que terminar”, cerró Atilio.
