La reconocida profesora María Elena Flores, presidenta honoraria de la Asociación de Amigos del Museo Ambato y profesional con amplia trayectoria en la ciudad, falleció en la tarde de este jueves a los 91 años.
Flores había sido distinguida en marzo de 2021 como “Personalidad Destacada de la Cultura” de La Falda, por su compromiso con el “fortalecimiento de la identidad y memoria de la ciudad”. El decreto en su reconocimiento, firmado por el intendente, Javier Dieminger, destacaba su “amplia trayectoria en diferentes ámbitos de la cultura de la comunidad” y su “vida dedicada a la docencia” en varias instituciones educativas de La Falda.
Nacida en Buenos Aires el 27 de noviembre de 1930, Flores llegó a La Falda a la edad de 7 años, junto con su madre, padre y dos hermanos mayores. Cursó sus estudios primarios en el colegio Mateo J. Molina y completó la secundaria en el por entonces “Colegio Nacional de La Falda”, actualmente “Escuela Normal Superior Arturo Capdevila”, institución de la cual fue directora. Además, se recibió de profesora y licenciada en Historia en la Universidad Nacional de Córdoba.
En 2011 formó parte de la Junta de Historia de La Falda aunque, desde 2006, ya participaba como vocal en la Asociación de Amigos del Museo Ambato, entidad que presidió entre 2012 y 2016, y de la cual fue declarada presidenta honoraria.
En ese periodo su desempeño fue considerado clave para la recuperación de piezas robadas y en las gestiones para avanzar en la refacción, puesta en valor y reapertura del Museo Arqueológico Ambato. De hecho, Flores fue quien encabezó la comitiva que viajó a la Ciudad de Buenos Aires para reunirse con la entonces presidenta Cristina Kirchner, quien a través un convenio con la Subsecretaria de Obras Públicas otorgó a la Asociación un subsidio para la casona del museo.
“Nunca estuve pendiente de las distinciones. Cuando trabajé, lo hice por el bien del otro, de la mejor manera posible y nada más. No entiendo otra manera de hacerlo. Por eso cuando me dediqué a hacer algo dejé todo de mí: en cada clase y en cada día de trabajo”, señaló María Elena a La Estafeta Online hace poco más de un año, en el marco de su reconocimiento en la ciudad.
Y completó: “Por supuesto me genera alegría porque siempre hay un poco de vanidad en el alma de cada uno. Te da a pensar que hice bien algo. Por eso si fui útil, aunque sea para una persona, me siento cumplida en la vida”.
