El próximo domingo, el joven faldense Fabrizio Franceschelli irá en busca de un nuevo desafío: buscará ser el primero en hacer cima en el cerro La Banderita a bordo de una silla adaptada. La cita será a partir de las 10:00, en el Paseo Trenkel, y su familia abrió la convocatoria a todas las personas que quieran acompañarlo en esta aventura.
Fabrizio tiene 16 años y a la edad de 4 fue diagnosticado con Distrofia Muscular de Duchenne, una enfermedad neuromuscular afecta a 1 de cada 3.500 niños varones. Si bien a los 9 años ya no pudo volver a caminar, esto “nunca fue un impedimento para ser felices”, afirma su mamá, Mariana.
“El ‘Desafío La Banderita’ surge porque yo pertenezco a un grupo de running y en el verano subimos cotidianamente. En uno de esos días, vuelvo y le cuento Fabrizio cómo era la cima. Él estaba muy interesado así que le pregunté si quería conocer, me dijo que si y automáticamente nos pusimos a buscar la manera”, contó a La Estafeta Mariana, quien además integra la Asociación Distrofia Muscular de Córdoba.
Inspirado en un prototipo de silla europea, el diseño estuvo a cargo de un amigo de la familia. Se trata del diseñador industrial faldense Emiliano Agost, dueño Inclu Tec -empresa especializada en el desarrollo de tecnología para la inclusión- y quien ya había diseñado distintos aparatos para facilitar la vida cotidiana de Fabrizio.
La construcción corrió por cuenta de otro amigo de la familia, el profesor del grupo de running Monstrail, Jose Cellenza, quien también es herrero. Además, hubo donaciones de algunas de las partes de la silla y, según contó Mariana, un empresario local que prefiere mantener la donación en el anonimato hizo el mayor aporte económico para su construcción.
La silla será acarreada por cuatro personas: dos por delante en ambos laterales y otras dos detrás. Ya se hizo el ascenso de prueba; están listos los permisos de los campos para sortear algunos sectores de senderos estrechos y las ganas sobran. Sólo resta que llegue el domingo.
“Todos los grupos de running de la zona van a participar y va a subir gente que quizás no está acostumbrada: amigos, integrantes de su equipo terapéutico y familiares. La idea es acompañar. Va a ser la primera vez que alguien sube en una silla adaptada, así que están todos invitados”, convocó Mariana.
Y completó: “Siempre le fuimos buscando la vuelta pensando en su calidad de vida. Todos los días de nuestra vida son un desafío, pero este es especial, lindo y motivador”.