Tras varios meses de investigación, este jueves y viernes se realizaron once allanamientos en forma simultánea en las localidades de Santa María de Punilla, Huerta Grande, La Falda, Unquillo, Salsipuedes y la ciudad de Córdoba, que arrojaron seis detenciones por estafas con inmuebles y usurpaciones.
En el operativo intervino personal del grupo de investigaciones 5 de la Dirección de Investigación Operativa del Ministerio Público junto con DIC Punilla Norte y en los domicilios se secuestraron celulares, computadoras, documentación, dos armas de fuego, dinero, dos vehículos y otros elementos relacionados a la causa, se informó.
Las personas detenidas fueron acusadas de los delitos de asociación ilícita, estafas y usurpaciones por la fiscal de instrucción de la ciudad de Cosquín, Paula Kelm. Según se informó, este operativo se llevó a cabo de manera coordinada con personal de DIC Delitos económicos, personal policial de Comisaría de La Falda, Huerta Grande, Unquillo, Salsipuedes y de la ciudad de Córdoba.
Esta es la segunda organización desbaratada en la zona. La primera tuvo lugar hace unos meses luego de allanar siete domicilios en las localidades de Valle Hermoso, Huerta Grande, La Falda, donde resultaron detenidas cuatro personas por asociación ilícita y una persona imputada por encubrimiento, todo con intervención de la Fiscalía de Instrucción Múltiple de la ciudad de Cosquín.
¿Cómo operaba la banda?
En estas maniobras criminales, los líderes de la organización y allegados comenzaban buscando inmuebles desocupados, principalmente terrenos baldíos, con la colaboración de informantes locales, entre los que destacaría un ingeniero civil. A partir de allí se corroboraban los titulares dominiales a través del sitio de catastro de la provincia, y se verificaban deudas de impuestos en Rentas.
Utilizando algún nexo local se simulaba una posesión: en algunas instancias intentando realizar declaraciones juradas ante los distintos juzgados de paz, mientras que en otros casos directamente se falsificaban estos documentos. Paralelamente, miembros de la organización se presentaban en los lotes para ejercer ciertos actos de posesión, como cercado, colocación de carteles, limpieza o toma de fotografías.
A partir de allí se coordinaba con el nexo local para que este le cediera sus supuestos derechos posesorios al líder de la organización delictiva o a algún intermediario. Este proceso normalmente se realiza mediante un contrato de cesión onerosa, cuyas firmas pueden o no estar certificadas, y en algunas oportunidades se solicita a un ingeniero agrimensor/civil que realice un plano de mensura y “certificado de posesión”, a los fines de darle una apariencia de legalidad al acto.
Con ello, la organización delictiva y sus integrantes ponían en marcha la fase de comercialización, ofreciendo las distintas propiedades a terceros. Esto ocurría de manera presencial y también a través de redes sociales o páginas web. En los procesos de negociación, era habitual que se publicitaran “con escritura”, para luego corroborar los interesados que se trataban de posesiones cuya cesión era “formalizada” con actuaciones notariales.
De acuerdo a la investigación, el nivel de complejidad de este proceso variaba según la organización: en algunos casos se vendían de manera individual, mientras que en otros se proyectaban loteos a gran escala.
Una vez vendida la “posesión” del inmueble, en algunos casos se ofrecían servicios de construcción en seco de viviendas prefabricadas: en caso de realizar esta contratación, la construcción de la platea (cimientos donde se asienta la vivienda prefabricada) sería coordinada y ejecutada en la mayoría de los casos por personal a cargo de los mismos nexos locales que colaboraban en la identificación de lotes y falsifican las posesiones.
De acuerdo a la investigación, durante todo el proceso los grupos delictivos contaban con los nexos locales y allegados como “fuerza de respaldo”, en caso de presentarse inconvenientes. Se ofrecen como “cuidadores” para evitar robos y usurpaciones, amedrentan a vecinos en caso de haber reclamos y colaboran en ofrecer otros lotes cuando estos se encuentran ocupados, entre otras actividades.