En medio de la crisis hídrica que afecta a toda la región, la Municipalidad de La Cumbre anunció este martes la suspensión temporal del otorgamiento de permisos para la construcción de nuevas viviendas o similares, al tiempo que pondrá en marcha el proceso de elaboración de un nuevo Código de Desarrollo Urbano.
El intendente Rubén Ovelar señaló que la suspensión se extenderá en principio por 180 días prorrogables y que el objetivo es, en ese plazo, “establecer cómo queremos crecer como localidad; qué tipo de viviendas se deben construir para que sean sustentables y, por otro lado, ver con qué obras de infraestructura tenemos que acompañar para garantizar el servicio” de agua potable.
“La idea es hacerlo transitoriamente para poder desarrollar un nuevo Código Urbano de Desarrollo a través del cual podamos establecer cómo queremos crecer como localidad, armónicamente pero proyectando a una ciudad de entre 25 y 30 mil habitantes en el futuro”, apuntó el mandatario en conferencia de prensa, acompañado por el secretario de Coordinación, Pablo Alicio y el secretario de Obras Públicas, Juan Manuel González.
El actual Código de Urbanización de La Cumbre fue aprobado en 2004 y modificado en 2010. Para la elaboración del nuevo texto, el Ejecutivo convocó a participar a “profesionales y/o instituciones” de la localidad. La primera reunión se realizará el próximo 25 de enero, a las 10:00, en el Microcine de la Sala Caraffa.
“Suspéndase temporalmente, por el plazo de 180 días, plazo que podrá modificarse o prorrogarse, el permiso de construcción de viviendas y/o similar sin distinción de tipología alguna”, señala el decreto firmado por Ovelar.
En sus considerandos, agrega: “Resulta necesario tomar recaudos para cuidar este recurso escaso y repensar qué modelo de localidad queremos proyectar a futuro, considerando todas las variables, entre ellas y fundamentalmente, el manejo, provisión y cuidado de agua”.
Ovelar precisó a La Estafeta que “el decreto alcanza a obras nuevas, porque las que están en marcha ya están autorizadas”, y agregó: “Es una medida que tomamos en medio de este fenómeno de la pospandemia, en el que mucha gente ha decidido mudarse a localidades como las nuestras y la construcción de viviendas se ha acelerado. No tiene sentido seguir creciendo sin poder garantizar la provisión de un servicio básico como el agua”.
Respecto a la situación actual, González remarcó que en la mayoría de los barrios la provisión está “normalizada”, aunque en algunos sectores de baja presión se está abasteciendo con camiones.
“El servicio se ha normalizado en la mayoría de los lugares. Nosotros trabajamos con agua de profundidad y, aunque en temporada la demanda aumenta un 100 por ciento, la prestación está garantizada más allá del bajo nivel del dique. Sí dependemos de contar con electricidad y no tener ningún problema con los tableros y las bombas de extracción”, señaló González a este medio.
Denuncia de sabotaje
Durante el fin de semana pasado, dos episodios relacionados a la provisión de agua en la localidad motivaron la presentación de una denuncia penal por parte de la Municipalidad por “sabotaje” contra el sistema de distribución del servicio.
La primera fue la apertura de una válvula del Dique San Jerónimo, ubicada en una cámara cuyo acceso es difícil de identificar y requería de conocimientos específicos para abrirla, aunque se indicó que el recurso no se perdió ya que el caudal recayó en el dique municipal. La segunda fue la sorpresiva rotura de una bomba en la zona de Conejeras, una de las cuatro perforaciones que alimentan el sistema de distribución de agua.
Al respecto, Ovelar, completó: “No sabemos el porqué, pero sí que la mano del hombre intervino para que tengamos dificultades con la provisión. Afortunadamente no se perdió el recurso y estamos haciendo el diagnóstico de la bomba quemada en Conejeras para determinar el origen del desperfecto”.