Las audiencias por el femicidio de Cecilia Basaldúa fueron suspendidas hasta el próximo 10 de junio, ante la incorporación de pruebas que no habían sido tenidas en cuenta durante la instrucción de la causa. La decisión se adoptó a pocos días del cierre del proceso oral, duramente cuestionado por la familia de la joven víctima.
Durante la undécima jornada de audiencias en los Tribunales de Cruz del Eje, la abogada de la querella, Daniela Pavón, dio a conocer este viernes una denuncia del 15 de mayo del 2020 -es decir, 20 días después de que se encontrara el cuerpo de Cecilia- realizada por los propietarios de una vivienda muy cercana al basural de Capilla del Monte. En ese lugar fue hallado el cuerpo, luego de 20 días de rastrillajes.
Al regresar a su casa luego del aislamiento decretado durante la pandemia, los propietarios de esta casa aseguran haber encontrado violentada la cerradura de entrada y que hallaron, entre otras cosas, un colchón con sangre. Este hecho fue denunciado en la comisaría de Capilla del Monte, aunque nunca fue vinculado al femicidio de Cecilia ni investigado. La querella que representa a la familia Basaldúa solicitó sumar esta prueba a la causa y el presidente del Jurado pidió que el texto de esa denuncia llegara durante el mismo día, para lo cual dispuso que lo enviara un móvil policial de Capilla del Monte a los Tribunales de Cruz del Eje.
“Todas las partes estuvieron de acuerdo en agregar este nuevo elemento al juicio. Sin dudas, esta prueba puede provocar un giro muy importante en la causa”, señaló en un comunicado la Mesa de Trabajo Justicia por Cecilia y agregó que este hecho “vuelve a evidenciar las irregularidades de la investigación, así como también permite formular una hipótesis sobre el femicidio de Cecilia muy diferente a la planteada por la fiscalía de Instrucción”, que tiene a Lucas Bustos como único acusado.
Pavón explicó que el informe presentado por Química Legal señala que se detectó sangre y pelo humano en una barra metálica, en el exterior de una bolsa de nylon que contenía pasacasetes, hallada sobre una cama, y en un auto que se encontraba en la vivienda. En consecuencia, solicitó el cotejo de ADN con varias personas. La defensa no se opuso a la petición de la parte querellante y el Tribunal resolvió hacer lugar al pedido de muestras genéticas sólo cotejando con Cecilia y Bustos.
“La información provista por la querella de la familia Basaldúa sobre la denuncia del 15 de mayo de 2020 abrió una perspectiva que puede resultar reveladora para la causa. Pero, además, exhibe las graves falencias de la investigación llevada adelante por la fiscal de instrucción Paula Kelm. El sumario incluye una investigación sobre elementos encontrados en la vivienda vecina al basural, y muy próxima al lugar donde fue hallado el cuerpo de Cecilia, donde se constató la presencia de sangre y pelo humanos. La fiscal Kelm nunca pidió que se sometieran a pruebas de ADN”, indicó la mesa de organizaciones feministas, sociales y de derechos humanos que acompañan a la familia Basaldúa
Cecilia Basaldúa desapareció el 5 de abril de 2020 en Capilla del Monte. La mujer de 35 años, oriunda de Buenos Aires, había arribado a esa localidad antes de la cuarentena con el objetivo de escribir un libro que reflejara sus viajes por Latinoamérica. La causa tiene como único acusado a Bustos, quien vivía cerca de donde encontraron el cuerpo de Cecilia. El joven de 24 años se encuentra detenido desde fines de abril de 2020, acusado por los delitos de “abuso sexual con acceso carnal y homicidio doblemente calificado por violencia de género y criminis causa”.
Para la familia de Cecilia, el principal sospechoso es Mario Mainardi, pues se trata de la persona que alojaba a Cecilia en Capilla del Monte y quien la vio por última vez antes de que desapareciera. Sin embargo, él no se encuentra en el banquillo de los acusados.
