Una mujer de 30 años quedó detenida tras confesar que mató a su madre asfixiándola con una almohada. La víctima, identificada como María Rosa Ravetti, de 59 años, se encontraba postrada en una cama desde hacía dos años por razones de salud.
El hecho ocurrió durante la tarde, en una vivienda ubicada en calle 3 y Richieri, del barrio El Faldeo, cuando la joven llamó a la comisaría alertando sobre la situación. En medio de la conmoción, trascendió en las últimas horas un estremecedor posteo que la acusada realizó en Facebook donde expresaba su malestar a raíz de una situación familiar que atravesaba desde hacía tiempo.
La investigación quedó a cargo de la fiscal de Instrucción de Cosquín, Paula Kelm, quien imputó a la mujer por homicidio calificado por el vínculo y decidió su traslado a la ciudad de Córdoba. Ese delito prevé la pena de prisión perpetua.
“En horas más tempranas recibimos un llamado en la comisaria de Capilla del Monte por un problema familiar, cuando el personal policial se hace presente entrevista a una mujer de 30 años y manifiesta que había asfixiado y dado muerte a su propia madre de 59 años que estaba postrada hace dos años”, señalaron fuentes policiales a Canal 11 de La Cumbre.
En el texto publicado en redes sociales, Celeste se describía “agotada mental y físicamente” y acusaba que su madre padecía una enfermedad y ninguno de sus familiares aportaba ayuda para los cuidados que necesitaba.
«Estoy tan cansada, física y mentalmente. No poder vivir normal, ocuparme de mis hijas, de mi vieja que está remil enferma porque es peor que una nena de dos años», comienza uno de los mensajes subió a su perfil de Facebook el mismo miércoles.
En la publicación también se refería a su situación familiar y a la relación con su expareja, padre de sus hijas.
“Todos se lavan las manos y me dejan todo a mí. Y sí, soy fuerte, pero me canso. Necesito descansar, necesito un día de paz”, pedía.
En otro posteo, la mujer escribió: “Bueno, pedí mucho tiempo ayuda. Nadie me ayudó, nadie respondió. Espero que mis hijas estén bien. Dios perdóname”.
