Benjamín Malamud fue reconocido este lunes por su trayectoria profesional en La Falda. Y es que, en pocas semanas, el médico pediatra que atendió a tres generaciones de faldenses cumplirá 60 años ininterrumpidos ejerciendo la profesión en la localidad.
“La Municipalidad de La Falda agradece y felicita al doctor Benjamín Malamud por sus 60 años de vocación y servicio desarrollados en esta ciudad”, señala la placa que le fue entregada en mano por uno de sus tantos expacientes, el intendente Javier Dieminger.
Fue en un breve encuentro llevado a cabo en la sede municipal y del que participaron la secretaria de Turismo y viceintendenta electa, Luciana Pacha -también expaciente de Malamud-, y el secretario de Salud local, Fabio Mennitte.
“Estoy agradecido por el reconocimiento, porque creo tiene que ver con el compromiso. Hoy me encuentro con madres que ya son abuelas, y algunas hasta bisabuelas, que forman parte de mis experiencias de vida. Hemos podido mantener una continuidad con muchas familias no sólo desde la atención del niño, sino también acompañándolas. A veces la función del pediatra no es sólo curar, sino también consolar y aliviar”, señaló a La Estafeta Malamud, quien durante el encuentro le reiteró a Dieminger su pedido de que el Hospital Municipal vuelva a convertirse en un centro de salud zonal.
A sus 24 años, el 1 de septiembre de 1963, Malamud comenzó a atender en La Falda. Viajaba ida y vuelta desde Cosquín. Trabajó siete años ad honorem en el hospital local, donde junto al cuerpo médico a principios de los ‘70 creó la primera sala de Neonatología, a la que asistían niños y niñas de varias localidades e incluso de otras provincias, como La Rioja.
En 1975 fue nombrado jefe de Pediatría y Neonatología del Hospital Municipal de La Falda, cargo que mantuvo hasta el 2001, cuando decidió jubilarse.
A la par de su recorrido en el hospital, y hasta hoy, Malamud atendió en consultorios. El primero fue en la clínica regional -donde hoy funciona la Comunidad Regional Punilla-; luego en un espacio particular lindero a la comisaría, cuando la Clínica Privada La Falda aún no había sido construida y, finalmente, en su actual ubicación sobre Bahía Blanca casi esquina 9 de Julio, donde también reside.
“Cuando llegué a La Falda el problema eran las diarreas porque el agua era de mala calidad; había mucha hepatitis, sarampión, varicela y hasta atendí los primeros casos de poliomielitis. Luego con las vacunas eso se pudo controlar, pero el primer desafío fue que había muchos recién nacidos con problemas y no había donde enviarlos porque la Maternidad provincial era muy chiquita. Ante eso decidí capacitarme en Neonatología y un par de años después ya teníamos dos salas de Neonatología en el hospital”, contó.
Y agregó: “El otro problema era la gran cantidad de chicos que sufrían accidentes de tránsito en la ruta, o domiciliarios en los barrios, y creamos junto a otros profesionales la Comisión Intersectorial para la Prevención de Lesiones Accidentales (CIPLA), que llegó a contar con el apoyo de los intendentes; la Policía y bomberos en las campañas de concientización. Todo fue siempre un aprendizaje… Un ponerse a prueba de hacer cosas nuevas”.
Consultado sobre qué le diría a las tres generaciones que pasaron por su consultorio, cerró: “Muchísimas gracias por haberme permitido acompañarlas en la crianza de sus hijos, nietos y bisnietos. También disculpas por los errores que cometí. No sé cuánto tiempo más voy a atender. Aprendí de un viejo pediatra que me dijo: ´Benjamín nunca restes, siempre sumá´. Bueno hoy sumo un día más de trabajo pensando en el bien de los niños, sus familias y la comunidad”.