Los más de 2.300 kilómetros que separan a Punilla de Puerto Argentino volvieron a acortarse este sábado, al cumplirse 40 años del inicio de la guerra de Malvinas. Con la participación de alumnos/as de todos los niveles educativos, cientos de personas del corredor centro norte del departamento se sumaron a distintos actos para homenajear a los caídos y veteranos/as y renovar, una vez más, el reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas, Sandwich y Georgias del Sur.
La Plazoleta Héroes de Malvinas, en Casa Grande; la plaza Grupo de Artillería Aerotransportado 4, en La Falda; la Plaza de los Veteranos de Guerra de Malvinas, en Capilla del Monte y la Plaza de Malvinas, en Huerta Grande, fueron algunos de los escenarios donde intendentes, funcionarios, concejales, integrantes de las comunidades educativas e instituciones intermedias, efectivos de la Policía, bomberos voluntarios, vecinos, amigos y familiares reconocieron a los excombatientes que aún residen en sus localidades y también recordaron a los que ya no están con un minuto de silencio.
La primera actividad fue cerca del mediodía del viernes, en el salón principal del IPEM 335 Luis Alberto Spinetta, de Valle Hermoso, donde además del acto hubo espacio para un ida y vuelta entre excombatientes y alumnos/as, que se animaron a hacer preguntas sobre sus experiencias en la guerra.
“Son 40 años… Es una vida. Y son ustedes, chicos, los únicos que van a poder seguir reclamando por nuestras islas. Van a poder darle continuidad a nuestra causa y al sacrificio que hicimos. Mi función en Malvinas fue asegurar las líneas de comunicación con la primera línea de batalla y hoy ustedes son esa línea de comunicación con el mañana. No es sólo recordar el 2 de abril, algo que nos costó bastante, sino también el legado de seguir reclamando. Van a poder contarles a sus hijos y nietos que estuvieron con veteranos de la guerra… que no se lo contaron. De esa manera quizás a ustedes le toque ingresar a las islas sin la necesidad de mostrar un pasaporte”, señaló en uso de la palabra Gerardo Guzmán, ex combatiente, ante la atenta mirada de alumnos, docentes y funcionarios.
Horas después, ya caída la noche, el acceso norte de Huerta Grande fue el punto de encuentro para la ya clásica vigilia, que se sumó a las tantas que se realizan en distintos puntos del país. Allí, además de la entrega de una ofrenda floral en memoria de los caídos y a pesar del frío, cerca de 60 personas tuvieron la posibilidad de disfrutar de un número artístico interpretado por integrantes del Ballet Oficial de la Municipalidad.Ya en la mañana de este sábado, en la Plaza 25 de Mayo de La Cumbre, el intendente interino, Pablo Alicio, y excombatientes descubrieron una placa recordatoria ubicada al costado del mástil central en homenajea a los veteranos Mario Tulián, Miguel Campos, Rubén Sosa, Daniel Rivero y Rafael Guevara, todos ellos nacidos en la localidad.
Horas después, en la Plazoleta Soberanía Nacional de Villa Giardino, una representación teatral de la carta de un soldado a su madre, a cargo del joven actor local Lihuen Massman Flores, dio inició a un acto que incluyó además música en vivo con la interpretación de las canciones “Sólo le pido a Dios” y “Sobreviviendo” en la voz y guitarra del músico Lucas Ferrari.
En Casa Grande, y como parte de la ceremonia, el excombatiente local Jorge Peláez y la presidenta de la Comuna, Mabel Edreira, plantaron un arbusto originario de Japón en memoria de los caídos.
Casi en paralelo, en La Falda, también hubo un reconocimiento especial: fue para Daniel Heredia, excombatiente y reconocido empleado municipal que falleció en 2020.
“Es un homenaje que pensé que no iba a llegar nunca. Me sorprende que lo sigan recordando a pesar del tiempo. Es un orgullo enorme para nosotros. La posguerra fue difícil para él y para nuestra familia. Tengo vivencias no muy gratas de ese momento, realmente sufrió mucho. Pero después de años de terapia logró aprender a seguir adelante a pesar de su conflicto interno. Estaba orgulloso de ser excombatiente”, señaló a La Estafeta su hija Natalia, quien fue la encargada de recibir una placa alusiva.
Por su parte, Héctor Díaz, otro residente de la ciudad y sobreviviente en el hundimiento del crucero ARA General Belgrano, agregó: “Pasaron 40 años, pero es como si fuese ayer. Malvinas para nosotros es todos los días. Miro mi foto en la guerra y veo un chico con ganas de vivir, luchar y que en su juventud tenía la esperanza de un mundo mejor. Pero nos topamos con la guerra que, como todas, no llevan a nada. De todas maneras estoy orgulloso de haber sido parte, aunque lamento infinitamente la muerte de los 323 héroes del Belgrano que ni si quiera tienen una tumba donde ir a rezarles porque están en el fondo del mar”.
Y completó: “Me salve porque salté desde 15 metros a una balsa. Allí estuve, junto a otros 17 compañeros, durante 48 horas con una remera, un pantalón y 25 grados bajo cero hasta que nos rescataron. Dos prótesis en la pierna y una en el brazo son producto de la poca asistencia que tuvimos en la posguerra, que fue peor que la guerra. Tuvimos que pelear para conseguir trabajo, vivienda y salir adelante. Nosotros no vamos a ver las Malvinas recuperadas, pero espero que mis hijos lo vean. Siempre a través de la paz… La guerra es desgracia, no la queremos más”.
