“Mapu” es una cachorra de puma de apenas dos meses de edad que llegó al Proyecto Carayá en muy mal estado. Fue encontrada por un vecino en el patio de su vivienda, en la localidad de Luque, resguardándose del ataque de unos perros.
Tras la intervención de la Policía Ambiental de Córdoba, finalmente se decidió el traslado del ejemplar al predio de La Cumbre, a donde finalmente llegó “muy asustada y con bajo peso”.
“El animal llegó en pésimo estado. Piel y hueso. Pero se está recuperando bien. Se la desparasitó y está consumiendo vitaminas… es bastante chiquitita. Esta bajo nuestra supervisión, así que ni afuera puede estar todavía. Pero ha ganado mucho peso, tiene un hambre voraz”, contó a La Estafeta la directora del proyecto Carayá, Alejandra Juárez.
Con «Mapu», ya son 11 los pumas que viven en el recinto del Proyecto Carayá, una ONG que rescata y recibe animales salvajes que fueron víctimas del tráfico ilegal, del mascotismo y la destrucción de sus hábitats naturales.
“Tenemos otro puma medio cachorro, así que más adelante se los juntará para que se hagan amigos y luego se los llevará a un recinto en la montaña con el resto. Es un terreno con alambrado, amplio, con piedras, pasto, árboles y en el que estamos sumando piletas».
Respecto al futuro de la cachorra, Juárez, completó: “Liberarla va a ser imposible por dos cuestiones. La primera y fundamental es la falta de ambiente y la segunda es que son animales que están muy humanizados. Para recuperarlos los tenés que atender de manera muy personalizada y eso también complica. Distinto es cuando son más salvajes. En esos casos se los deriva al Tatu Carreta, donde se encargan de criarlos aislados y esos sí se pueden liberar. Nosotros nos quedamos con los que sí o sí van a necesitar asistencia”.
