Tras cumplir con la cuarentena sanitaria y posterior rehabilitación en la Reserva Tatú Carreta, de Casa Grande, 49 aves que habían sido rescatadas del cautiverio fueron liberadas esta semana por la Policía Ambiental.
La liberación se llevó a cabo en una zona rural del paraje Colanchanga, en la localidad de Río Ceballos. Entre las especias había cardenal común, brasita de fuego, capuchino granata negra, corbatita dominó, diuca, jilguero frente dorada, misto, monterita canela, piquito de oro, reinamora, rey del bosque y tordo renegrido.
Las especies que regresaron a la naturaleza provienen de diferentes procedimientos de control realizados por la Policía Ambiental. En el marco de dichos operativos, fueron rescatadas después de comprobar que se había violado la normativa vigente en la temática que prohíbe la tenencia y transporte de fauna silvestre.
“La mayoría de estas aves son perseguidas por los furtivos por su plumaje colorido y canto llamativo”, explicó el secretario de Policía Ambiental, Adrián Runaudo.
Proceso de recuperación
Cuando un animal silvestre es rescatado, se lo deriva a un centro de rescate para que reciba atención primaria y valoren a ese individuo para determinar qué tratamiento veterinario inmediato necesita.
Superada esa instancia, sigue la etapa de cuarentena, que significa que los ejemplares se estabilizan sanitariamente en cuanto a sus cargas de bacterias, microbios o virus que puedan tener producto de haber estado en una vivienda o en contacto con el ser humano.
Este proceso es indispensable para evitar contaminar, con componentes que pueden haber sido adquiridos durante el cautiverio, a otros ejemplares que se encuentran en vida silvestre.
Finalizada esta etapa, algunos animales deben comenzar una instancia de rehabilitación para adquirir cualidades, capacidades y conductas que le permitan regresar a la vida silvestre.