Con la pasión de sus artistas sobre el escenario y un público que respondió colmando el auditorio municipal Carlos Gardel durante las dos noches de gala, la edición número 41 del Festival Nacional de Tango dejó atrás la incertidumbre de la previa y demostró que en La Falda el 2×4 tiene aguante.
A 60 años de su primera edición, y aunque acotada respecto a años anteriores, la grilla artística logró sintetizar la esencia del festival combinando las ganas de las voces del certamen de subsedes; la potencia y prolijidad de músicos, cantantes y bailarines locales, y la trayectoria y presencia de los de siempre.
“Estamos muy contentos con esta edición. Por ahí teníamos dudas de si podíamos llevarla adelante, pero con el auspicio de privados, la Provincia y el apoyo del público el resultado fue excelente. No solo en lo artístico y cultural, sino también para la economía interna de la ciudad y la difusión de La Falda como destino para el resto del país. El festival está reconocido a nivel nacional y la gente lo espera”, destacó el intendente Javier Dieminger.
Sobre el objetivo de un festival a “costo cero”, agregó: “Tenemos que hacer el balance al final, pero hemos superado el piso de 20 millones de pesos en venta de entradas, así que creo que se va a lograr. Esto nos plantea un desafío a futuro: no solo tratar de mejorar, sino que además sea déficit cero y todo sea ganancia para la ciudad”.
Fueron muchas las presentaciones destacadas: las inconfundibles voces de Jairo y Raúl Lavié cerrando ambas noches; el repertorio de Marcelo Santos, Leandro Ponte, Esteban Morgado y La Juarez, y la presencia de la Orquesta Provincial de Música Ciudadana.
Pero bien vale un párrafo aparte para el nivel de los/as locales: Lourdes Galiano, el Ballet La Juntada, la Orquesta Escuela Municipal de La Falda, Andrés Sánchez, la voz y bandoneón de Lissette Grosso y “Contramano Tango 4”, quienes, una vez más, demostraron estar a la par de artistas consagrados y, edición tras edición, son cada vez más protagonistas del festival.
A pura milonga, se fue otra fiesta del 2×4. Que pintaba complicada, pero que al fin de cuentas confirmó a La Falda como uno de los trampolines más prestigiosos de la Argentina para que el tango siga saltando de generación en generación.