Un cachorro de puma fue rescatado por agentes de la Policía Ambiental en la localidad de San Francisco del Chañar y trasladado este jueves por la tarde al santuario de pumas del Proyecto Carayá de La Cumbre, donde comenzará su recuperación.
El animal, de no más de dos meses de edad, llegó con las uñas limadas; una herida en una de sus patas y bajo peso.
Sobre su sanación física y las posibilidades de liberación, la directora del Proyecto Carayá, Alejandra Juárez explicó a La Estafeta: “Hay que recuperarlo físicamente y está muy manso. Cuando llegan con este nivel de mansedumbre y han sido humanizados desde la edad crítica (cuando abren los ojos) es muy complicado volver a liberarlos porque, en su recuperación, al ser tan chiquitos y tener una edad que necesitan estar con su mamá, tampoco se los puede dejar aislados y tenés que estar en contacto”.
Y agregó: “Distinto es cuando se encuentran pumas de cuatro o cinco meses, en lugares no urbanizados y que no han sido sometidos al mascotismo. En esos casos sí tienen más chances de ser liberados y se los deriva al Tatú Carreta, donde se encargan de ese proceso. Pero cuando la trilladora pasa por un campo cosechado las mamás no vuelven a buscar a sus crías. Seguramente este cachorro ha tenido hermanitos que tienen que haberse muerto o perdido por el monte”.